Fases de un evento: Dos décadas de evolución

Las fases de un evento han cambiado mucho desde los 90′. ¡Descubre cómo han transcurrido veinte años de evolución en el mundo de los eventos corporativos!

‘Eventos punto cero’

Carolina Lázaro, CEO de Agencia SIM, repasa la transformación de las fases de un evento durante los últimos veinte años. Desde los años 90′ hasta la generalización de Internet, un capitulo que puede encontrarse en el libro Ejecutivas ante la nueva empresa digital: 11 estrategias de marketing para la reflexión.

“Hace unos veinte años todo se aceleró con el uso de Internet”, recuerda Carolina Lázaro. La CEO de Agencia SIM ha participado recientemente en el libro Ejecutivas ante la nueva empresa digital: 11 estrategias de marketing para la reflexión. Editado por SoLocal Group, la CEO aporta su visión sobre la evolución de las fases de un evento corporativo.

“Gracias a los nuevos canales de comunicación se ha trasladado el protagonismo y el poder a los usuarios”. Lázaro lo ejemplifica comparando la gestión de cada una de las fases de un evento en 1994 y en 2015.

Fases de un evento

Pre-evento: ventajas del blog y las redes sociales

En los noventa, los eventos se promocionaban con folletos, publicidad, cuñas de radio y a través de las relaciones públicas. Las invitaciones se enviaban por fax. El registro se completaba a través del teléfono. Y, desde luego, había que ir al banco para pagar la inscripción.

Hoy en día el pre-evento gira a través de la web 2.0. En ella se alojan fotos, vídeos, agendas, currículums de los ponentes o cualquier otra información de interés para el usuario. Éste puede ahora inscribirse y pagar la tarifa directamente en el portal. Además, la posibilidad de establecer comunicación con ellos es más sencilla gracias a blogs y redes sociales. También es posible promover la cita a través de email marketing.

Evento: presentaciones 2.0 y más

En 1994 solo había un protagonista en el evento: el ponente. Las azafatas se acercaban con micrófonos al público, que lanzaban sus preguntas desde una sala donde ocurría absolutamente todo. Las televisiones y radios podían informar y entrevistar en directo, pero hasta ahí podía llegar la interacción con el exterior.

En 2015 el protagonismo se comparte entre ponente y asistente. El ponente se acerca al público, suele evitar permanecer sentado en la mesa presidencial del escenario o atril, reservando esta actitud para los eventos más formales. Ahora pasea por el escenario o, incluso, no está en la sala y lanza el mensaje por videoconferencia. Porque ahora no todo ocurre en la sala donde se celebra el evento, los asistentes pueden estar en casas u oficina siguiendo el evento a través de streaming y redes sociales y enviando sus preguntas con un hashtag oficial.

Post evento: 3 ventajas de Internet (email, blog y redes sociales)

En 1994 la información sobre el evento era publicada por aquellos medios de comunicación que habían asistido al acto. La labor comercial, por su parte, se realizaba mediante campañas de marketing directo y/o telemarketing dirigidas a los asistentes.

Hoy, a través de una encuesta de satisfacción, se puede recibir por correo electrónico un feedback prácticamente instantáneo. Además, la comunicación e interacción con los usuarios no acaba en el evento, sino que continúa dándose a través de redes sociales y blogs corporativos. En estas plataformas se puede seguir compartiendo contenidos que refuercen el mensaje y posicionen a la marca como experta.

La estrategia de marketing para eventos, junto al resto de estrategias planteadas por directivas y ejecutivas españolas, puede encontrarse en el libro Ejecutivas ante la nueva empresa digital: 11 estrategias de marketing para la reflexión.